La detención y posterior liberación de un avión sirio en territorio turco trasciende ya el ámbito bilateral: Rusia manifestó de nuevo apoyo a la parte siria en este incidente.
El ministro sirio de Transporte, Mahmud Said, acusó a Turquía de "piratería aérea" por obligar el miércoles a aterrizar en su territorio a un avión de pasajeros sirio procedente de Moscú.
Lo que hizo Turquía contradice todas las regulaciones de la aviación civil, indicó al canal de televisión libanés Al Manar.
Los medios estatales sirios acusaron a Turquía de estar "jugando con fuego" y el diario gubernamental "Al Thawra" aseguró que Ankara "está al servicio de objetivos extranjeros".
Por su parte, Rusia exigió a Turquía una explicación por el incidente, al tiempo que el presidente, Vladimir Putin, canceló un viaje a Ankara previsto para el lunes, informó el portavoz del Kremlin Dmitri Peskov.
La explicación oficial es que Putin no podrá entrevistarse con el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, por cuestiones de agenda. Pero el diario "Vedomosti" cita a un funcionario del Kremlin que afirma que Putin no quiere aparecer como tomando partido por un bando en el conflicto entre Siria y Turquía.
El Ministerio del Exterior ruso manifestó su preocupación la seguridad de los 17 ciudadanos rusos que iban a bordo del avión. Las autoridades turcas tienen que explicar por qué fue obligado a aterrizar el aparato y cómo evitarán en el futuro este tipo de incidentes, dijo el portavoz del ministerio, Alexander Lukashevich.
Turquía y Siria cruzaron acusaciones hoy sobre la carga que llevaba el avión.
El portal de noticias turco Star habla de 300 kilos de material destinado al Ministerio de Defensa sirio que contenía armamento, entre otras cosas componentes para fabricar misiles.
Moscú lo desmitió. Un alto representante de la industria de defensa rusa afirmó a la agencia Interfax: "No había armas ni ningún tipo de sistemas o componentes de tecnología militar a bordo del avión de pasajeros, y además no podrían estar allí".
El funcionario, que no fue identificado, indicó sin embargo también que Rusia no ha suspendido su cooperación militar con Damasco, del que es un estrecho aliado.
Aviones de combate turcos F-16 obligaron al aparato a aterrizar el miércoles en el aeropuerto de Esenboga en Ankara. El ministro del Exterior turco, Ahmet Davutoglu, aseguró que el servicio secreto tenía indicios de que a bordo había una "carga sospechosa".
El ministro de Transportes turco, Binali Yildirim, subrayó hoy que su país tiene que asegurarse de que su espacio aéreo sea usado solamente para objetivos civiles. Por eso realizó el control y seguirá llevando a cabo más en el futuro, indicó en declaraciones que cita la agencia Anadolu.
Fuentes de Moscú señalaron que a bordo de la aeronave había 37 personas, de ellas 17 rusos. El Airbus A-320 fue autorizado a seguir viaje a Damasco esta mañana, después de que se confiscara la carga sospechosa.
Fuente: DPA
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