
Destacó "la incapacidad de cumplir con los compromisos de ese gran país, la crisis de confianza en que está arrastrando a ese país". Tras referirse de forma reiterada a lo que ocurre en España y en Grecia, advirtió que "algunos países en Europa están al borde del precipicio". Por eso justificó que la prioridad de su programa electoral es "el equilibrio de las finanzas públicas".
Previamente, Sarkozy mencionó que su contrincante en la carrera presidencial, François Hollande, llevaría al país a estar tan mal como esos Estados del sur de Europa. El candidato conservador había afirmado por medio de su portavoz que "la aplicación estricta" de las medidas anunciadas por el candidato socialista conduciría a Francia hacia una "deriva económica digna de las de España y, sobre todo, de Grecia". Y agregó que, en los casos de España y Grecia, han sido "Gobiernos socialistas" los que "de verdad les han puesto de rodillas" a esos dos estados.
Sarkozy apeló a que no se pongan en duda los compromisos asumidos por Francia puesto que si hay "la menor brecha" con ellos después puede venir "la crisis de confianza y la situación en que se encuentra España: alza extraordinaria de los tipos de interés, necesidad de bajar las pensiones y de disminuir los salarios".
El presidente francés criticó la propuesta de Hollande de revisar el nuevo tratado europeo e insistió en su intención de reducir el déficit público al 3% del Producto Interior Bruto (PIB) en 2013 y al "déficit cero" en 2016. "Por ahora estamos en avance en esa trayectoria, afirmó Sarkozy, que adelantó que si sale reelegido en mayo este verano se aprobará la llamada "regla de oro", es decir, la inclusión en la Constitución del principio de la estabilidad de las cuentas públicas.
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